...A JESÚS, EL CRISTO VIVIENTE
En la vieja Era de Piscis, que dejamos atrás a partir del equinoccio del 20 de marzo, el tiempo de Semana Santa nos conectaba con sensaciones de tristeza, de culpa; de duelos interminables; reforzados por las publicaciones de todos los medios de comunicación, centrados en una cruz 3D (plano físico) que sólo pudo matar de Jesús lo que corresponde a ese plano, su cuerpo físico. Su Ser Crístico manifestado es eterno, así como lo es nuestro CRISTO INTERNO, el que tenemos que aprender a manifestar.
Jesús eligió encarnar para enseñarnos que nosotros también somos Cristo; él no necesitaba venir a la Tierra para evolucionar, podía y puede hacerlo en otros planos. Sin embargo, acordó con el Padre esta venida para mostrarnos que nuestro Ser Crístico, es el Poder, la Sabiduría y el Amor de Dios que vive, con una llama tenue aún, en nuestro corazón.
Pidamos al Padre Bueno, a través del Maestro Jesús, de nuestro YO CRÍSTICO, que nos dé la Iluminación que podríamos necesitar para entender y comprender el porqué de su venida a la Tierra en aquel momento de la historia y del lugar escogido; el paralelismo con el momento y el lugar de nuestra propia historia; y también el porqué de que aún, habiendo pasado más de 2000 años, no hemos podido manifestar todas las enseñanzas que impartió y nos legó, a través de sus palabras y de sus acciones.
Gracias, gracias, gracias, Amado Maestro Jesús por tu paso por esta Tierra.
YO SOY Fuerza y Poder
YO SOY Sabiduría
YO SOY Amor
YO SOY la Resurrección y la Vida
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