Recitar La Gran Invocación cada 15 minutos
El Día Mundial de Invocación es un día de plegaria en el que, mediante el empleo de La Gran Invocación, se unen los hombres y mujeres de cada sendero espiritual en un llamado universal a la divinidad. Juntos actúan como foco para la demanda invocativa de la humanidad por la luz, el amor y la dirección espiritual necesarias para la construcción de un mundo de justicia, unidad y paz.
Al comenzar el nuevo milenio, nos enfrentamos a la realidad de que los valores materialistas han conducido a la raza humana a un estado de profunda crisis. Nuestra misma supervivencia se encuentra amenazada, no sólo por la carrera armamentista, sino por nuestra propia falta de sabiduría y voluntad para alimentar al hambriento, compartir nuestros abundantes recursos, y resolver una multitud de otros problemas críticos que confrontan hoy a la familia humana.
Y sin embargo la solución existe.
Millones de personas comparten hoy la convicción de la unidad espiritual interna de la familia humana, la cual trasciende cualquier diferencia externa de raza, nación o credo.
Al manifestar esta convicción en sus vidas, los hombres y mujeres de buena voluntad de todo el mundo se hacen partícipes de un proceso de transformación planetaria.
La esencia de la vida espiritual reside en saber que no estamos solos. Las energías de la divinidad son abundantemente accesibles y, en el Día Mundial de Invocación, surge el llamado para la liberación de esas energías que capacitarán a la humanidad para crear la nueva civilización.
Cada año desde 1952, personas de todo el mundo han celebrado el Día Mundial de Invocación, uniéndose en la reafirmación de la unidad humana, la vitalidad espiritual de nuestra relación con Dios y la responsabilidad de los hombres en la implementación del Plan divino sobre la Tierra.
El empleo de La Gran Invocación constituye un servicio mundial, ya que responde directamente a la necesidad planetaria actual.
Necesitamos luz para iluminar el camino que se extiende por delante, y revelar la visión de una nueva civilización:
necesitamos amor para gobernar las relaciones entre la gente y poner fin al reino del odio y el separatismo;
necesitamos el poder de la voluntad al bien para que ésta dirija las elecciones y toma de decisiones humanas.
El empleo universal de La Gran Invocación en el Día Mundial de Invocación reúne en sí una profunda significación espiritual, ya que construye un canal a través del cual la luz, el amor y el poder pueden alcanzar e irradiar los corazones y las mentes de las personas de todo el globo.
La mayoría de los festivales de las principales religiones del mundo se celebran en consonancia con el calendario lunar. La fecha del Día Mundial de Invocación se determina de la misma manera. Se observa dos meses después del Festival Cristiano de Pascua y un mes después del festival Budista de Wesak.
LA GRAN INVOCACIÓN
Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,
Que afluya luz a las mentes de los hombres;
Que la Luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que afluya amor a los corazones de los hombres;
Que Cristo retorne a la Tierra.
Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres;
El propósito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.
Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.Solicite tarjeta de La Gran Invocación color gratis: http://www.gidgi-argentina. org/pedidos-lgi.htm
(Extraído de Soy Espiritual)
PATRICIA
"Bendito sea mi corazón
que toca siempre el tambor de la compasión,
Benditos sean mis labios
que dicen siempre la verdad,
Benditos sean mis ojos
que ven la magia del Espíritu sagrado.
Que el Señor y la Señora me ayuden
hoy a caminar por el mundo."
El Día Mundial de Invocación es un día de plegaria en el que, mediante el empleo de La Gran Invocación, se unen los hombres y mujeres de cada sendero espiritual en un llamado universal a la divinidad. Juntos actúan como foco para la demanda invocativa de la humanidad por la luz, el amor y la dirección espiritual necesarias para la construcción de un mundo de justicia, unidad y paz.
Al comenzar el nuevo milenio, nos enfrentamos a la realidad de que los valores materialistas han conducido a la raza humana a un estado de profunda crisis. Nuestra misma supervivencia se encuentra amenazada, no sólo por la carrera armamentista, sino por nuestra propia falta de sabiduría y voluntad para alimentar al hambriento, compartir nuestros abundantes recursos, y resolver una multitud de otros problemas críticos que confrontan hoy a la familia humana.
Y sin embargo la solución existe.
Millones de personas comparten hoy la convicción de la unidad espiritual interna de la familia humana, la cual trasciende cualquier diferencia externa de raza, nación o credo.
Al manifestar esta convicción en sus vidas, los hombres y mujeres de buena voluntad de todo el mundo se hacen partícipes de un proceso de transformación planetaria.
La esencia de la vida espiritual reside en saber que no estamos solos. Las energías de la divinidad son abundantemente accesibles y, en el Día Mundial de Invocación, surge el llamado para la liberación de esas energías que capacitarán a la humanidad para crear la nueva civilización.
Cada año desde 1952, personas de todo el mundo han celebrado el Día Mundial de Invocación, uniéndose en la reafirmación de la unidad humana, la vitalidad espiritual de nuestra relación con Dios y la responsabilidad de los hombres en la implementación del Plan divino sobre la Tierra.
El empleo de La Gran Invocación constituye un servicio mundial, ya que responde directamente a la necesidad planetaria actual.
Necesitamos luz para iluminar el camino que se extiende por delante, y revelar la visión de una nueva civilización:
necesitamos amor para gobernar las relaciones entre la gente y poner fin al reino del odio y el separatismo;
necesitamos el poder de la voluntad al bien para que ésta dirija las elecciones y toma de decisiones humanas.
El empleo universal de La Gran Invocación en el Día Mundial de Invocación reúne en sí una profunda significación espiritual, ya que construye un canal a través del cual la luz, el amor y el poder pueden alcanzar e irradiar los corazones y las mentes de las personas de todo el globo.
La mayoría de los festivales de las principales religiones del mundo se celebran en consonancia con el calendario lunar. La fecha del Día Mundial de Invocación se determina de la misma manera. Se observa dos meses después del Festival Cristiano de Pascua y un mes después del festival Budista de Wesak.
LA GRAN INVOCACIÓN
Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,
Que afluya luz a las mentes de los hombres;
Que la Luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que afluya amor a los corazones de los hombres;
Que Cristo retorne a la Tierra.
Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres;
El propósito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.
Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.Solicite tarjeta de La Gran Invocación color gratis: http://www.gidgi-argentina.
(Extraído de Soy Espiritual)
PATRICIA
"Bendito sea mi corazón
que toca siempre el tambor de la compasión,
Benditos sean mis labios
que dicen siempre la verdad,
Benditos sean mis ojos
que ven la magia del Espíritu sagrado.
Que el Señor y la Señora me ayuden
hoy a caminar por el mundo."
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